Crédito de fotografía: Huees, sin título, vía Flickr. Uso bajo licencia Creative Commons. No se realizaron cambios. Algunos derechos reservados. |
Más de una vez he tenido el extraño privilegio de estar a la hora correcta en el lugar correcto para escuchar al azar, "con mis propios oídos", el preciso momento en que algunos de mis autodenominados amigos (as) han descargado su frustración haciendo comentarios negativos sobre mí, muy contrarios a los que me han dicho de frente... milagrosamente mi presencia en esas ocasiones ha pasado desapercibida y el/la perpetrador (a) de la puñalada por la espalda invariablemente se dirige a mí, unos minutos más tarde (y sin saber que he escuchado lo que realmente opina de mi persona) como si nada. Misterioso poder se adquiere cuando se cae la venda de los ojos...
Presenciar esos actos me trae a la mente escenas de un baile de mascaradas en una corte medieval. Risas por aquí, halagos por allá... Pompa y zalamería por doquier... Besos, abrazos, brindis... todo para disimular las maniobras políticas intestinas que se tramaban y ejecutaban con una precisión maquiavélicamente exquisita.
¿Cuál ha sido mi reacción? Curiosamente he comprendido que ese trozo de información me pone en una posición de ventaja con respecto a mi adversario (a), lo que me ha permitido fingir indiferencia, dándome la oportunidad de observar con detenimiento a mi solapado amigo (a) por días, incluso meses, como dándole espacio para que me deje saber por su propia boca el concepto que tiene de mi persona. Después de todo, no me considero perfecta y estoy abierta a la crítica constructiva. Hasta la fecha ninguno (a) ha confesado (¡sorpresa!).
Mi siguiente movimiento es que simplemente decido tomar distancia de forma irrevocable. Tengo bien claro que me gusta rodearme de personas con carácter. En este sentido, mi lema es una frase que leí hace muchos años: "no hay enemigo más taimado que un amigo, si hace daño" (desafortunadamente no recuerdo al autor).
Y aunque no sea fácil, después de un tiempo (muuuucho, muuucho tiempo) incluso llego a sentir lástima. No debe ser fácil ir por la vida cultivando relaciones efímeras y con bases falsas, vivir una vida vacía y sin propósito. Al fin de cuenta, todos actuamos conforme a las ideas que tenemos en nuestra mente, o como lo expresa la cita: "de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45).
¡El que se enoja pierde!
Me gustaría saber de vos, ¿cómo reaccionás en una situación similar?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario